Las
recetas sencillas, las recetas económicas y saludables, las que se tienen que
realizar en casa en el día a día, esas recetas son las que tendríamos que
proclamar como la verdadera gastronomía, fuera de malabarismos imposibles para
cualquier persona no instruida en estos menesteres y fuera de ingredientes
caros y difíciles de conseguir de una forma normal.
El
pollo en salsa es uno de esos platos que todo el mundo conoce. La carne de
pollo es posiblemente de las más utilizadas y seguramente también de las más
económicas. Gusta a todo el mundo en la familia y podemos elaborarla de muchísimas
formas distintas, lo cual posibilita que no se haga monótona.
Esta
es una de ellas, facilita y con un sabor estupendo.
Espero
que os guste.
Ingredientes (para 4 personas):
4 muslos de pollo (podemos utilizar un pollo
troceado), 1 cebolla grande, 2 puerros, 2 zanahorias grandes, 3 dientes de ajo,
2 hojas de laurel seco, ½ vaso de vino blanco, 1 cucharada pequeña de maicena (harina
refinada de maíz), 2 vasos de agua, 6 cucharadas de aceite de oliva, sal y
pimienta.
Para las patatas:
3 patatas medianas, aceite y sal.
Preparación:
Cortamos
en 2 los muslos de pollo por la mitad, separando el contramuslo del muslito.
Quitamos la piel y salpimentamos.
Pelamos
y picamos la cebolla en trozos pequeños y sazonamos.
Lavamos
bien los puerros y retiramos un par de capas exteriores. Cortamos en rodajitas
y sazonamos.
Pelamos
las zanahorias y las cortamos en tres o cuatro trozos cada una.
Pelamos
y cortamos en láminas los dos dientes de ajo.
Llenamos
un vaso de agua y mezclamos en ella la cucharita de maicena disolviéndola bien.
Pelamos
las patatas, las lavamos bien y las cortamos en bastoncitos. Sazonamos.
Elaboración:
En una cazuela lo bastante amplia ponemos a calentar el aceite de oliva a
fuego fuerte y cuando esté lo suficientemente caliente añadimos los trozos de
pollo para dorarlos. Tenemos que dorarlos bien por ambas partes por lo que
sería conveniente y incorporándolos poco a poco. Cuando estén dorados los vamos
sacando de la cazuela y los reservamos.
En el mismo aceite, pero a una temperatura más suave, comenzamos a sofreír todas
las verduras (la cebolla, los puerros, las zanahorias y el ajo) y las hojas de
laurel durante unos 10 minutos aproximadamente.
Cuando veamos las verduras en su punto añadimos el ½ vaso de vino y
volvemos a subir el fuego. Cuando haya reducido el vino añadimos los trozos de
pollo, el vaso con la maicena diluida y otro vaso más de agua. Dejamos cociendo
a fuego medio durante una media hora con la olla tapada. Removemos de vez en
cuando para comprobar que las verduras o la carne no se pegan y evitar que se
nos queme.
Pasado ese tiempo reducimos un poco el fuego y seguimos cocinando para que
el pollo se ablande y se espese la salsa. Debemos ir revisando el guiso puesto
que dependiendo del fuego que tengamos tardará más o menos tiempo. Siempre
deberemos vigilar que no se nos queme.
Mientras podemos y haciendo las patatas. En una sartén amplia calentamos
abundante aceite de oliva. Cuando este bien caliente añadimos las patatas y freímos
a fuego fuerte hasta que estén doraditas.
Cuando estén en su punto sacamos de la sartén y escurrimos bien en una
fuente con papel de cocina.
Presentación:
En
cada plato ponemos dos trozos de pollo, con unos trocitos de zanahoria y un
cucharon de salsa. Añadimos a un lado unas patatas fritas.
Listo.
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