Una
nueva receta con alcachofas para preparar en esta ocasión un entrante con un
sabor estupendo.
Una
receta navarra, una tierra donde cuentan con unas verduras extraordinarias, y
como no, con unas alcachofas de primera calidad.
De
alguna forma me siento identificado con una gastronomía que tiene tanto en
común con la de la zona donde vivo, tanto en productos como en gustos.
Es
época de disfrutar plenamente de las alcachofas.
Ingredientes (para 4 personas):
8 alcachofas, 750 gramos de almejas, 100 ml, de
vino blanco, 3 cucharadas de aceite de oliva, 2 cucharadas de perejil picado, 1
cucharadita de harina, 4 dientes de ajo picados, 1 limón, 1 hoja de laurel,
hebras de azafrán, pimienta y sal.
Preparación:
Pelamos
y limpiamos las alcachofas quitándoles las hojas exteriores más duras, el tallo
y cortamos la punta superior de las hojas dejando solamente el corazón.
Troceamos el corazón en cuatro trozos, impregnamos de limón y limpiamos bien de
los pelillos interiores si los tuviesen. Echamos inmediatamente en un bol con
agua en la que hemos escurrido el zumo de un limón y guardamos hasta su utilización
intentando que los trozos estén completamente sumergidos en el agua.
Ponemos
en remojo las almejas en un bol con agua y abundante sal.
Picamos
los cuatro dientes de ajo.
Picamos
el perejil.
Elaboración:
Ponemos a calentar en una cazuela agua con un poquito de sal. Cuando el
agua comience a hervir añadimos las alcachofas troceadas y las dejamos cociendo
durante 15 o 20 minutos (hasta que comprobemos que estén tiernas).
En una cazuela de barro ponemos a calentar las tres cucharadas de aceite y
rehogamos los ajos y el perejil picado, el azafrán y el laurel.
Cuando comiencen a dorarse los ajos añadimos la cucharadita de harina y
damos unas vueltas con una cucharada. Añadimos las almejas, a las que
previamente habremos escurrido del agua y removido enérgicamente en seco, y el
vino.
Tapamos el recipiente y dejamos cocer durante un par de minutos, hasta que
las almejas comiencen a abrirse. En ese momento añadimos las alcachofas que
hemos hervido y cocemos todo durante unos 3 minutos más.
Presentación:
Servimos
en la mesa de inmediato repartiendo entre los comensales.
Listo.
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Podemos perdonar fácilmente a un niño que tiene miedo de la oscuridad; la verdadera tragedia de la vida es cuando los hombres tienen miedo de la luz (Platón)
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