Este
año me ha dado la impresión que ha habido escasez de sardinas en los mercados.
Precio elevado para este pescado y muy poca cantidad que hacía que se agotara
en poco tiempo y una semana tras otra nos encontrábamos sin poder probar este
sabroso pescado esta temporada. Por fin esta semana he podido encontrar unas con
muy buena pinta y no dude en comprar una pequeña cantidad para hacer una prueba.
No
había marinado nunca las sardinas y tenía curiosidad por ver que tal
resultaban, así es que me informé de cómo se podían preparar y me puse manos a
la obra.
Desde
luego que no es una elaboración que se pueda hacer en un momento, sino que
necesita de varios día para obtener el resultado final, pero una vez conseguido
compensa enormemente ya que podemos conservarlas bastante tiempo e ir usándolas
cuando las necesitemos. Su presentación final es muy sencilla y nos puede sacar
de más de un apuro. Pese al tiempo que se tarda en conseguir el marinado lo
cierto es que es bastante sencillo realizarlo.
He
visto que habían varios métodos para marinarlas, con sal, con cítricos, con
vinagre…. y al final me he decidido probar con la sal.
El
resultado ha resultado sorprendente, un sabor muy agradable y la carne de la
sardina muy tierna. Estoy muy contento con esta receta.
Espero
que os guste.
Ingredientes:
½ kilo de sardinas, sal de cocina, 1
pimiento rojo, otro amarillo, otro verde, todos pequeños, 1 cebolleta, aceite
de oliva virgen extra y unas rebanadas de pan de hogaza.
Elaboración:
Por precauciones sanitarias congelamos las sardinas durante 1 día.
Las descongelamos, limpiamos y quitamos las escamas. Sacamos los lomos e
intentamos quitar todas las espinas (con un poco de paciencia es posible).
Secamos bien los lomos ya desespinados y vamos colocándolos en un
recipiente en capas cubriéndolos de sal. Una capa de lomos de sardina, cubrimos
con sal, colocamos otra capa de lomos, otra vez sal y así sucesivamente.
Tapamos el recipiente y dejamos marinar en el frigorífico. Con una hora será suficiente para tener las sardinas en su punto de maceración.
Pasado ese tiempo las sacamos, quitamos la sal y las lavamos bien.
En ese momento picamos los pimientos y las cebolletas en trocitos pequeños.
Secamos los lomos de las sardinas y los volvemos a colocar en otro
recipiente. Incorporamos los pimientos y la cebolleta picada y cubrimos todo
con aceite de oliva virgen extra.
Volvemos a meter en el frigorífico y dejamos 24 horas por lo menos
para que vayan mezclándose bien los sabores. Conforme vaya pasando el tiempo el marinado ira cogiendo mucho mas sabor.
A partir de este tiempo ya podemos consumirlas cuando las necesitemos. Como
ya he dicho se conservan en perfecto estado durante bastante tiempo.
Presentación:
Cogemos unas rebanadas pequeñas de pan
de hogaza y cortamos cada lomo por la mitad. Colocamos los lomos sobre la
rebanada y añadimos unos trocitos de los pimientos y un poquito de aceite del
marinado sobre ellos.
Listo. Habremos conseguido una tapa
extraordinaria.
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