Una ensalada en la que voy a utilizar un aliño algo distinto a lo que habitualmente se emplean en las mismas. Se trata de una salsa cremosa realizada con queso fresco de cabra, anchoas y mostaza, y a la que añadimos en su elaboración un poco de zumo de limón. Lo desconocía por completo.
Es curiosa la realización de esta salsa que vamos a preparar en la batidora con los ingredientes que he mencionado mezclándolos hasta conseguir una salsa muy cremosa con un sabor estupendo que nos puede servir incluso para dipear.
Se trata de una salsa con un sabor muy potente por lo que debemos cuidar su utilización y adaptarla a los gustos de cada uno.
Una ensalada muy fácil de preparar.
Espero que os guste.
Ingredientes (4 raciones):
2 endivias, 150 gr. de queso fresco de cabra, 12 anchoas en conserva, el zumo de 1 limón, 1 cucharada de mostaza de Dijon, una pizca de sal, 1/2 vaso de agua, una pizca de pimienta negra molida y una rebanada de pan de molde.
Preparación:
Limpiamos bien las endivias y las troceamos.
Escurrimos bien las anchoas, troceando ocho de ellas y cortando en dos las otras cuatro.
Tostamos la rebanada de pan de molde y la cortamos en bastoncitos.
Elaboración:
Ponemos en el vaso de la batidora el queso de cabra troceado, las ocho anchoas también troceadas, 3 cucharadas soperas de zumo de limón, 1 cucharada sopera de mostaza y un poquito de sal.
Comenzamos a batir todo hasta quedar todo bien integrado. Para conseguir una salsa cremosa y suave vamos añadiendo poco a poco una cucharada más de zumo de limón y un chorrito de agua hasta obtener la cremosidad deseada.
Presentación:
En la ensaladera ponemos una base con las endibias troceadas y sobre ellas echamos dos o tres, según gustos, cucharadas de la salsa cremosa. Sobre todo ello ponemos las anchoas que hemos partido en dos y espolvoreamos con una pizca de pimienta negra molida. Acompañamos con los bastoncitos de pan.
Listo.
ALERGENOS: LACTEOS, PESCADO, MOSTAZA, GLUTEN
Podemos perdonar fácilmente a un niño que tiene miedo de la oscuridad; la verdadera tragedia de la vida es cuando los hombres tienen miedo de la luz (Platón)
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