De
nuevo buscando nuevas recetas con las que aprender a preparar un tartar.
Poquito a poco vamos cogiendo un poco de confianza con este tipo de recetas.
En
esta ocasión hemos utilizado la lubina como pescado a marinar y la hemos
combinado con alcaparras, cebolletas y pepinillos en vinagre.
La
hemos combinado con una salsa agridulce de cebollino y perejil que ha resultado
bastante agradable siendo un acompañamiento ideal.
Aunque
podemos utilizarla como primer plato, entiendo que puede ser una tapa estupenda
y así creo que la debemos enfocar.
Espero
que os guste
Ingredientes (4 personas):
400 gramos de lubina limpia, 1
cebolleta mediana, 1 cucharada de sal, 1 cucharadita de pimienta, 4 cucharadas
de aceite, 2 cucharadas de alcaparras, 1 cucharadita de eneldo, 3 o 4
pepinillos en vinagre; y para la salsa de cebollino: 1 manojo de cebollino, 1
manojo de perejil, 8 cucharadas de aceite, 3 cucharadas de vinagre, 1 cucharada
de mostaza, 1 cucharada de azúcar, sal y pimienta. Podemos utilizar también
unos tomatitos cherri para acompañar y adornar, pero es optativo.
Preparación:
Las lubinas tienen que estar
completamente limpias de espinas y sin piel (es el trabajo de esta receta).
Picamos la carne de la lubina en trozos muy pequeños.
Picamos la cebolleta,
también muy fina.
Picamos las alcaparras y los
pepinos.
Elaboración:
En un bol mezclamos la lubina picada, la cebolleta, las alcaparras, los
pepinillos.
Añadimos las cuatros cucharadas de aceite y el eneldo y la pimienta.
Cubrimos el bol con plástico para cocina y lo dejamos 12 horas en el
frigorífico macerándose.
Para preparar la salsa ponemos en el bol de la batidora el manojo de
cebollino lavado y troceado, el perejil, también lavado y troceado, las ocho
cucharadas de aceite, las 3 cucharadas de vinagre, la cucharada de mostaza, la
de azúcar y un poquito de sal y pimienta.
Trituramos todo hasta conseguir una salsa lo más fina posible. Guardamos en
un recipiente hasta su utilización.
Presentación:
Podemos dar al tartar forma de medallón
con ayuda de un molde y acompañar con la salsa de cebollino y los tomatitos
cherri.
También podemos colocar en unos
recipientes más pequeñitos, en forma cuchara, o en cuencos pequeños e
incorporar un poquito de la salsa de cebollino sobre ellos.
Listo.
Importante: Tanto
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Podemos perdonar fácilmente a un niño que tiene miedo de la oscuridad; la verdadera tragedia de la vida es cuando los hombres tienen miedo de la luz (Platón)
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