Siempre
encontramos en las alcachofas las aliadas perfectas para preparar un buen
plato.
Mil
formas de elaborarlas, mil maneras de presentarlas, miles de combinaciones con
otros productos, y siempre tendremos la certeza de que no fallaremos con ellas.
En esta
ocasión vamos a preparar un entrante con un sabor contundente en el que es la
única protagonista. Nos deja un sabor de boca estupendo que nos creará un buen inicio de comida.
Espero
que os guste.
Ingredientes (para 12 porciones):
12 alcachofas, 2 tomates maduros, 3
dientes de ajo, 1 hoja de laurel, 1 rama de tomillo fresco, 2 cucharadas de
vinagre de jerez, 1 vado de vino de jerez seco, ½ vaso de aceite de oliva, 1
cucharada de azúcar extrafino, 1 cucharadita de sal, pimienta recién molida y
tres limones.
Preparación:
Exprimimos el zumo de tres
limones y lo incorporamos a un bol con agua.
Pelamos las alcachofas,
quitando las hojas exteriores duras, cortamos el rabo de las mismas y troceamos
el corazón de la misma en cuatro pedazos los cuales los limpiamos de los pelos
interiores que puedan llevar. Inmediatamente de realizar esto con cada
alcachofa echamos estos trozos al bol de agua con limón y cubrimos el mismo con
un plato pequeño para conseguir que estos trozos queden completamente
sumergidos en el agua. Con esto conseguimos que las alcachofas no se
ennegrezcan. Sazonamos.
Pelamos los dos tomates,
quitamos las semillas y troceamos en pedacitos pequeños. Sazonamos.
Pelamos los ajos y los
fileteamos.
Elaboración:
En una cacerola
no muy grande, justo para que cojan las alcachofas, echamos todos los
ingredientes excepto las alcachofas.
Llevamos a ebullición
y en ese preciso instante incorporamos las alcachofas escurridas del agua en la
que las teníamos. Añadimos ½ vaso de agua y tapamos con una hoja de papel vegetal que cubra la superficie del guiso (no tapar con la tapadera de la
olla).
Dejamos hervir
durante 10 minutos.
Pasado ese tiempo
destapamos y damos la vuelta a los trozos de las alcachofas y dejamos cocer de
10 a 15 minutos más tapadas de nuevo.
Pasado ese tiempo
apartamos del fuego, dejándolas enfriar en el jugo de la cocción.
Presentación:
Es conveniente servir tibias.
Podemos servir en un plato al centro de
la mesa, o bien distribuir en raciones individuales, según lo requiera la
ocasión.
Listo, así de fácil.
Importante: Tanto
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una licencia
Buenisimas
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