POLLO AL AJILLO

 Esta semana he decidido presentar una receta que casi todo el mundo conoce pero que debo de incluir en mi diario para dar testimonio de que desde la sencillez podemos conseguir una comida que resulta exquisita. 

No vamos a necesitar nada mas que freír el pollo y aromatizarlo de una manera muy simple, bueno y vamos a necesitar también un buen trozo de pan para saborear el caldo resultante. Es verdad que parece que pueda resultar un tanto aceitoso y que eso para mucha gente no es correcto, que quizás se pueda decir que para salud no es lo más adecuado. Pero no se, todos esos puntos negativos se compensan con el sabor tan delicioso que se consigue, y si conseguimos tener un poco de mesura y equilibro seguro que contrarrestamos por completo esos inconvenientes.

Como he dicho la elaboración es muy sencilla pero supongo que cada uno tendremos nuestros trucos, nuestros ingredientes secretos, nuestra forma de presentarlo que haga que se consigan muchísimos matices. Mi manera...... pues utilizar el pollo deshuesado excepto las alitas y añadir un poco de vinagre en su elaboración. 

La guarnición con la que podemos acompañar este plato también es muy variable y también va a estar condicionada por nuestros gustos. Patatas, alcachofas, champiñones o setas, alguna ensalada.... muchas posibilidades.

Espero que os guste.


Ingredientes:  

1 pollo grande (yo solo he utilizado los muslos y contra muslos y las alitas, aunque se pude utilizar también pechuga), 1 rama de tomillo, 1 rama de romero, 1 hoja de laurel, 6 dientes de ajo, 1 vaso de vino blanco seco, 1 cucharada de vinagre (puede ser mas según nuestro gusto), aceite de oliva, sal y pimienta.

Para la guarnición (en este caso he usado patatas): 4 patatas, aceite de oliva y sal.


Preparación:

Limpiamos bien las alitas quemando con un soplete la piel para eliminar cualquier resto de plumas. Quitamos la piel de los muslos y contra muslos y los deshuesamos cortándolos en dados de 3x3 cm. y hacemos lo mismo con la pechuga si la llegamos a utilizar. Salpimentamos toda la carne.

Dejamos 4 dientes de ajo sin pelar y pelamos y troceamos los otros dos.

Lavamos bien las ramitas de romero y tomillo.

Pelamos y cortamos las patatas en rodajas finas. Sazonamos.


Elaboración:

Ponemos a calentar en una sartén abundante aceite de oliva. Cuando esté caliente añadimos los 4 dientes de ajo sin pelar y confitamos hasta que estén tostados sin que se lleguen a quemar. Una vez conseguido esto los sacamos de la sartén e incorporamos la carne, la hoja de laurel, y las ramas de tomillo y romero. Freímos hasta que estén bien hecha toda la carne y haya cogido un color dorado (10-15 minutos).

Añadimos entonces el vaso de vino blanco y los 4 dientes de ajo que habíamos frito y dejamos reducir.

En un mortero majamos los 2 ajos que hemos pelado con un poquito de sal. Cuando estén bien majados añadimos el vinagre y un poquito de agua y disolvemos todo bien.

Cuando el vino se haya evaporado por completo añadimos a la sartén el contenido del mortero mezclamos con la carne y volvemos a reducir el líquido que hemos incorporado. Sacamos la carne de la sartén y guardamos el aceite de la cocción.

En otra sartén, también con abundante aceite caliente, echamos las patatas y en ese momento bajamos el fuego  para freírlas a fuego lento. Cuando estén tiernas y un poco doraditas las sacamos y las escurrimos bien colocandolas sobre papel de cocina para que se absorba bien el aceite.


Presentación:

Distribuimos la carne en los platos y colocamos las patatas alrededor de ellas. Napamos la carne con el aceite que ha resultado de su cocción.

Listo.

ALERGENOS:

SULFITOS.




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