Si
hablamos de alcachofas podemos encontrarnos con un mundo inmenso de
posibilidades en la cocina. Esta hortaliza se adapta a todo, combina con todo y
contribuye con su sabor a realzar cualquier otro producto. Y además tiene múltiples beneficios para nuestra salud.
Tengo
la suerte de vivir en una comarca productora de este vegetal, la Vega Baja del
Segura en la provincia de Alicante, en cuyas tierras se cultivan unas
alcachofas de gran calidad, y siempre he disfrutado de una gran variedad de recetas
en las que interviene la alcachofa.
Hace
unos días, en una reunión familiar, recordamos una receta que nos hacía nuestra
madre en celebraciones especiales y que nos encantaba a todos. Decidimos
recuperarla y con ayuda de la abuela me puse manos a la obra. Según su criterio
aún quedan algunas cosas por refinar, pero creo que hemos logrado recuperar una
receta con alcachofas que ha resultado estupenda.
Espero
que os guste.
Ingredientes (para 4 personas):
8
alcachofas, 50 gramos de mantequilla, ½ vaso de nata, 200 gramos de setas
(pueden ser de cualquier variedad, mi madre utilizaba champiñones, yo en esta
ocasión he utilizado una mezcla de setas shitake y setas nameko, pienso que
cualquiera que tengamos a mano nos puede servir para el relleno), ½ de aceite
de oliva, 3 dientes de ajo, 2 hojas de laurel, 1 cucharada de vinagre de Jerez,
sal y pimienta.
Preparación:
Pelamos las alcachofas quitándole
las hojas duras exteriores y el rabo y cortamos la parte alta de las hojas
dejando solo el corazón. Intentamos cortar el rabo de las alcachofas de forma
que después se puedan mantener en pie los corazones. Para que no se pongan
negras una vez peladas las ponemos en un recipiente con agua y limón hasta que
se vayan a cocer.
Limpiamos bien las setas y
las picamos bien finas (he probado utilizarlas solo troceadas y también nos
pueden servir). Salpimentamos.
Pelamos los tres dientes de
ajo y los troceamos.
Elaboración:
En una olla ponemos a hervir agua con un buen puñado de sal. Cuando
comience a hervir añadimos los corazones de alcachofa y cocemos durante unos 15
minutos.
Pasado ese tiempo, comprobamos que están bien tiernas, sacamos de la olla
las escurrimos bien y las dejamos enfriar.
Mientras las alcachofas se están cociendo, en una sartén ponemos la
mantequilla y cuando comience a derretirse añadimos las setas y salteamos
durante unos 5 minutos.
Pasado ese tiempo incorporamos la nata y damos unas vueltas hasta que esté
bien integrada con las setas. Apagamos el fuego y reservamos.
Cuando las alcachofas estén frías y bien escurridas con una cucharilla
hacemos un hueco en el centro de las hojas y rellenamos con las setas que hemos
preparado hasta colmar el corazón de la alcachofa.
Calentamos el horno a 180º, ponemos las alcachofas en una fuente
refractaria y horneamos durante 10 minutos.
Pasado ese tiempo sacamos y reservamos.
En un mortero echamos los dientes de ajo, un poquito de sal y machacamos
los ajos hasta que quede una pasta. Añadimos una cucharada de aceite, una
cucharada de vinagre y dos cucharadas de aceite. Mezclamos todo bien hasta que
todos los ingredientes estén bien integrados.
Calentamos en una sartén el aceite restante con las dos hojas de laurel.
Antes de que comience a hervir añadimos el contenido del mortero. Sofreímos
todo bien hasta que los líquidos se evaporen y el aceite adquiera todos los
sabores.
Presentación:
Si vamos a servir enseguida y las alcachofas
están aún calientes solo tenemos que poner en una fuente las alcachofas y regar
con el aceite que hemos preparado también caliente.
Si las alcachofas estuvieran
frías porque las teníamos preparadas con anterioridad las calentamos con un
golpe de horno y las servimos de la misma manera incorporando el aceite
escabechado de la misma forma.
Listo.
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