Otra
vez la sencillez me lleva a buscar recetas “fáciles”, con ingredientes
habituales en cualquier tienda de la esquina. Es posible que mi ignorancia, mi
falta de preparación en todo esto, me lleve a buscar una y otra vez las recetas
simples, sin ninguna sofisticación, las recetas tradicionales, que solo
necesitan una olla o una sartén y un poco de aceite.
Pero creo que esto se aplica en
la mayoría de los hogares. Sin desmerecer la gran labor de investigación, de
estudio, de imaginación que llevan a cabo los grandes maestros de la cocina,
pienso que a veces se olvidan que la mayoría de los cociner@s que día a día
tienen que preparar la comida de cada uno de los hogares, no tienen a su
alcance ni las técnicas, ni los instrumentos ni los productos que utilizan en
sus recetas.
Por esto pienso que las cosas
sencillas, las cosas al alcance de todos, son las que tengo que investigar y
divulgar para que puedan ser utilizadas por la mayor parte de las personas que
comen en la tierra y muy de vez en cuando suben al cielo.
Una berenjena, queso de
Burgos, un poco de dulce de tomate, y poco más pueden crear un plato (una tapa,
un primer plato) que puede llegar a alcanzar el cielo sin necesidad de ser un semidiós.
No me acuerdo donde obtuve
esta receta, pero seguro que fue de un semidiós que bajó a la tierra y puso su
inteligencia, su sabiduría y su buen hacer al servicio del resto de los
mortales.
Espero que os guste
-Ingredientes (para 4 personas):
1
Berenjena, 150 gr. de queso de Burgos. 2 cucharadas de dulce de tomate, 1 litro
de leche, harina preparada para rebozar (o 1 huevo y harina), aceite de oliva,
sal y cebollino.
-Preparación:
Se corta longitudinalmente la
berenjena en láminas de menos de ½ centímetro de grosor. Inmediatamente que se
corta se espolvorea sobre la misma sal.
Se
dejan reposar unos minutos y acto seguido se lavan bien para eliminar la sal y
se sumergen en un bol donde hemos vertido la leche. Se reserva hasta que
vallamos a elaborarlas.
Se desmenuza el queso de Burgos hasta crear
una especie de pasta.
-Elaboración:
Se sacan las láminas de berenjenas del bol
en el que estaban sumergidas en leche y se secan con un papel absorbente.
Se rebozan en la harina
preparada y se espolsan bien para evitar que se creen grumos de harina.
En una sartén se pone a
calentar abundante aceite. Cuando está caliente se van incorporando las láminas
de berenjenas rebozadas y se van friendo
con mucho cuidado de que no se nos torren (cuando incorporamos la berenjena el
fuego no debe ser muy fuerte). Debemos estar muy atentos en esta operación
dando la vuelta de vez en cuando para conseguir una fritura homogénea.
Cuando consideremos que está
bien frita, sacamos las láminas y vamos dejando sobre un plato con papel absorbente.
Cuando se hayan enfriado un
poco, vamos untando por una cara, con ayuda de una espátula, las láminas con el
dulce de tomate.
Sobre esta capa de dulce de
tomate vamos esparciendo el queso de Burgos
que habíamos desmenuzado.
Vamos enrollando las láminas de berenjena sobre sí mismas, dejando el
queso en su interior.
-Presentación:
En cada plato vamos poniendo dos o
tres rollitos de berenjena, y espolvoreamos sobre ellas cebollino picado.
Listo.
Importante: Tanto el texto como las imágenes publicadas en este blog están protegidas bajo una licencia
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Se ven deliciosas!! Seguro que las habeis disfrutado un monton!! Me guardo la receta que me chiflan las berenjenas!!
ResponderEliminarUn abrazo y feliz domingo!
Descubrirás una nueva forma de saborearlas. Puedes sustituir el dulce de tomate por la miel. En ambos casos están de cine. Gracias por tu comentario
EliminarMe la guardo yo tambien....Mañana pienso hacerla....Hoy ya he hecho la mermelada de tomate.....Ya os contare,,,Gracias por compartir.Mery
ResponderEliminarEspero que te haya gustado.
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