Siempre hemos oído hablar de las gambas al ajillo como uno de los plato estrella con estos crustáceos. Voy a dar una vuelta de tornillo con esta receta que va a enfocar desde otro punto de vista la realización de una tapa tan popular y va aportar nuevos sabores que intentan sorprender nuestro paladar.

Retomo una receta que realicé hace ya bastantes años y que la tenía un poco olvidada.

Es una receta muy sencilla y muy rápida de elaborar que con las gambas ya peladas solo va a necesitar 2 o 3 minutos de cocción para conseguir una tapa extraordinaria y diferente.

Espero que os guste.

Esta receta de arroz la realicé hace unos meses. Es una variable de otra receta que ya tenía publicada "Arroz negro con calamares y choquitos" la cual la he adaptado y cambiado algunos ingredientes y elaboraciones.

He eliminado en esta receta los choquitos y he dado más protagonismo en su contenido y en su presentación a las alcachofas. He querido aportar más sabor utilizando un fondo rojo de pescado y la socorrida salmorreta lo que ha dado una potencia tremenda a este arroz que en definitiva es bastante sencillo de realizar. Y por último he realizado toda la elaboración en una cazuela de barro y no en la paella tradicional lo cual obliga a variar tiempos y tratamientos en distintas cocciones. Este arroz lo acabamos al horno.

Espero que os guste.

Un arroz típico de la Vega Baja del Segura y casi exclusivo de mi pueblo Almoradi. Un arroz que nace en la huerta y en el que se utilizan las hortalizas  que se producen en la temporada de invierno como son las alcachofas, las habas y los ajos tiernos y que se complementa con otro producto de la costa de la comarca como es el boquerón.

En su origen este arroz coge un color verde oscuro por la oxidación de las alcachofas y las habas pero para ello debemos elaborarlo en una paella de clásica de hierro o acero. El sabor es el mismo independientemente del color que obtengamos.

Un arroz con un sabor exclusivo y distinto a todos los demás y que cautiva a quien lo prueba.

Hace 12 años preparé por primera ve una receta con bacalao y langostinos que podéis encontrar en este blog y que denominé "Bacalao al ajillo con patatas "escabechás"" que está riquísima y que sigue muy vigente después de tantos años.

Opciones distintas para los mismos ingredientes pero un resultado extraordinario en ambos casos.

 Hace unos días que estoy viendo con bastante asiduidad en las redes recetas de berenjenas con miel, distintas preparaciones y distintas presentaciones. Y esto ha hecho que me decidiera esta semana a preparar una receta de este tipo. 

He buscado una de las más sencillita, aunque todas lo son, en la solo vamos a utilizar la berenjena y seguir el protocolo correcto de elaboración de esta hortaliza, es decir echar abundante sal sobre la berenjena recién cortada para quitar el amargor y en otro proceso cubrir con leche para tratar de que absorba poco aceite cuando se frían. Podemos hacer el corte como queramos, en bastones, en rodajas, o como yo he hecho en daditos. Y nada más con estas sencillas operaciones podemos conseguir un resultado muy bueno y presentar un entrante o una tapa muy apetecible.

Espero que os guste.

 Esta semana he querido recordar una receta que realicé hace ya once años de la que estoy profundamente contento. 

La receta en si tiene unos ingredientes muy sencillos y habituales en todas partes, berenjena, queso fresco y mermelada de tomate y una elaboración relativamente sencilla.

Pese a la sencillez recuerdo que en aquél momento supuso un reto para mi ya que no tenía las habilidades culinarias para realizar algunas operaciones como puede ser el corte o el control de la fritura de las berenjenas para que quedaran en su punto. Sin embargo todo salió bien y el éxito entre mi familia fue clamoroso.

La verdad es que están exquisitas y nos pueden servir muy bien para una tapa o unos canapés, incluso para un primer plato estupendo, 

Espero que os gusten.

Quizás no sea el momento adecuado para realizar este plato ya que según la tradición debe de consumirse en días lluviosos pero apetecía hacerlo y aquí está. El disfrute del mismo no entiende de meteorología y realmente lo hemos hecho con esta receta tradicional.

Después de varios intentos esta es la primera vez que he quedado satisfecho del resultado, no lograba encontrar el punto adecuado de su cocción y aunque siempre había conseguido un sabor muy rico la textura se me había resistido.

He seguido un poco los recuerdos que tenía de como se hacían en casa añadiendo patatas e incorporando al final una fruta que puede ser uva, melón, granada o mandarina según la temporada de las frutas. 

Aparte de presentarlo como un plato de una comida, en casa se hacía así, lo habitual actualmente es considerarlo una tapa, muy apreciada, ya que resulta saciante y muy apetitosa.

Así es como he realizado estas migas. Espero que os gusten.