Hacía bastante tiempo que no preparaba un risotto y esta semana me ha apetecido preparar uno. Entiendo, lo he dicho en alguna ocasión, que el risotto es fundamentalmente sabor; distintos sabores se pueden canalizar a través del arroz y podemos conseguir unos platos exquisitos que agradan de forma distinta a nuestro paladar.
En esta ocasión vamos a jugar un poco con la albahaca para conseguir un risotto con un aroma y un sabor suave y delicioso. No vamos a utilizar casi nada más, solo unas setas van a intervenir para dar un poco de cuerpo al arroz.
Es curioso que la albahaca hasta no hace demasiado tiempo se utilizaba en España para alejar a las moscas pero no para usarla en la cocina. Es a través de de la gastronomía de otros países, principalmente Italia, donde descubrimos su gracia en la cocina. Albahaca, alábega, basilico, basil, hierba real son nombres por los que se conoce esta planta en otras partes de mundo. Tiene un aroma muy intenso, domina incluso al del ajo, pero con la desventaja de que es muy fugaz y desaparece con el calor por lo que debemos de tratarla adecuadamente para poder disfrutar de ella plenamente.
La receta no tiene ningún misterio, un risotto típico con los ingredientes básicos, arroz, vino, caldo, mantequilla y/o queso parmesano, y la elaboración habitual de este tipo de arroz añadiendo el caldo poco a poco y removiendo continuamente para que el arroz suelte bien el almidón terminando con el fuego ya apagado con el "mantecare" que es la adicción de algún tipo de grasa; mantequilla, queso o incluso aceite de oliva para dar la cremosidad necesaria al plato.
Espero que os guste.
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