Una semana cargada de muchas tareas, trasiegos y encargos que no han dejado tiempo para organizarme, pensar y preparar una receta como acostumbro así que he realizado una ensalada muy sencilla, que posiblemente hacemos a diario en casa sin darle la mayor importancia.
Sin embargo, siempre tenemos la oportunidad de aprender algo de cualquier circunstancia. Lo sencillo, lo complejo, lo bueno, lo malo, los éxitos y fracasos nos dan una ocasión de sacar enseñanzas que nos pueden servir para el futuro.
Una sencilla lechuga, un buen tomate y una cebolla nos pueden dar un buen juego siempre que las utilicemos con esmero, con un poco de mimo y cariño. La lechuga debe ser tierna, fresca y la tenemos que utilizar bien limpia y húmedas pero sin agua. El tomate debemos pelarlo y despepitarlo y el sabor se incrementará considerablemente. Con la cebolla debemos seleccionar la variedad adecuada y cortarla en láminas lo más fina posible. Y el atún en conserva debe tener cierta calidad, puede ser bonito del norte o también caballa. Por último debemos escoger un buen aceite de oliva virgen extra, unas olivas negras de Aragón o del cuquillo y si queremos unas gotitas, muy pocas, de vinagre de Jerez. Acompañaremos todo con una cucharada de mayonesa que va a dar un toque muy fresco y sabroso.
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