No se porqué pero estos fritos siempre me han parecido muy apetecibles en la época del verano. Muy agradables al sabor a la hora del almuerzo o de la cena y con la virtud en la mayoría de ellos que están igual o mas ricos cuando están fríos. Bueno, su pequeño defecto tienen, según dicen, ya que los fritos parece que no son tan saludables, y es que cuanto más ricos están más afectan negativamente a nuestra salud. Pero yo creo que lo que debe imperar en este tipo de platos es la mesura tanto a la hora de elaborarlos como a la de consumirlos ya que una elaboración cuidada y un consumo equilibrado puede evitar en gran medida los perjuicios que nos pueden producir.
Cuanto más tiempo vamos empleando en la cocina más cosas vamos descubriendo en la elaboración de los alimentos, más ingredientes vamos incorporando a nuestros sentidos y nos vamos dando cuenta que podemos ir experimentando con ingredientes y elaboraciones que hemos ido descubriendo por separado y que nos hace liberarnos de un receta predeterminada y de alguna forma dar rienda suelta a nuestras ideas aunque ello suponga en alguna ocasión un resultado no deseado, pero eso también nos sirve para seguir aprendiendo.
En esta receta utilizo una elaboración que no es habitual en un ajillo al uso, por lo menos en mi zona, y que ha dado como resultado un plato estupendo, con una carne que cada vez me gusta más, con un aceite aromatizado de entrada y un ajillo mas bien parecido a una gremolata italiana que ha dado al final con un plato muy suave y equilibrado.
Espero que os guste.
Muy rica su receta maestro la haré 🤤, bendiciones.
ResponderEliminarMuchas gracias. Espero que te guste
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