Se trata de una receta muy sencilla en su elaboración pero con un reto que resulta un tanto complicado y por eso me ha llamado la atención y porque me puede dar pié a aprender algo que en un principio no se me había planteado.
Para poder rellenar las alitas tenemos que deshuesarlas previamente y esto en una pieza tan pequeña resulta algo difícil y trabajoso. Pero para todo hay maestros que nos pueden ayudar en lo desconocido y al final no resulta tan complicado aunque debemos coger práctica.
Para deshuesar las alitas con mayor facilidad lo primero que tenemos que hacer es hervirlas durante unos 30 minutos para conseguir que la carne se ablande y se puedan separar más fácilmente los huesos. Una vez frías, tenemos que separar los dos huesos que existen, bien con una puntilla o bien con los dedos , por ambos lados de la alita. Una vez separados los huesos damos una vueltecita a cada uno de ellos y sacamos por un extremo los huesos (uno a uno) quedando la alita completamente intacta.
Un poco entretenido pero no es tan difícil como parecía al principio y desde luego el resultado merece la pena.
Espero que os guste.
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