Un entrante que ha resultado muy delicioso con una textura un poquito crujiente en el langostino y un sabor de la salsa de puerros y tabasco delicioso, con un punto picante que podemos graduar según nuestros gustos.
Una receta muy sencilla donde la mayor dificultad, entre comillas, reside en envolver los langostinos con una hoja de lechuga, pero tal como os lo explico va ha resultar muy sencillo.
Pensaba que esta receta iba a resultar muy ligera pero al probarla ha resultado un entrante bastante contundente. La verdad es que la salsa invita a sopar.
Espero que os guste.
Ingredientes (4 raciones):
16 langostinos, 16 hojas de lechuga romana, el blanco de 2 puerros, 1/4 de salsa de tomate, 1/4 de caldo de langostinos, 3 huevos, harina, aceite de oliva, sal, pimienta y salsa tabasco.
Preparación:
Pelamos los langostinos sin quitar la cabeza. Guardamos las cascaras de las colas para hacer un caldo. Salpimentamos las colas de los langostinos. Preparamos el caldo con las cascaras de los langostinos y agua (o caldo de pescado).
Separamos las 16 hojas de la lechuga y las lavamos y desinfectamos bien. Las blanqueamos en agua hirviendo durante 2 o 3 minutos y enfriamos enseguida sumergiendolas en agua fresca. Las secamos y las reservamos entre 2 hojas de papel absorbente hasta su utilización.
Lavamos y desinfectamos los puerros y los cortamos en juliana fina.
Lavamos y desinfectamos los puerros y los cortamos en juliana fina.
Elaboración:
Comenzamos a pochar el puerro en una sartén con un poquito de aceite. Cuando esté bien pochado añadimos una cucharada de harina y mezclamos bien. Enseguida añadimos la salsa de tomate, el caldo de langostinos y 8 gotitas de tabasco (podemos añadir más si nos gusta mas picante). Probamos de sazón y cocemos a fuego medio durante 10 o 15 minutos. Cuando esté lista apagamos el fuego y reservamos, manteniéndola en un sitio caliente.
Mientras envolvemos los langostinos en las hojas de lechuga, que estarán bien secas. No tendremos ningún problema ya que al blanquearlas habrán perdido la rigidez característica.
Pasamos por harina y después por el huevo batido y volvemos a repetir esta operación. Freímos en una sartén con abundante aceite a fuego no demasiado fuerte. Sacamos y ponemos sobre un plato con papel de cocina para escurrir bien el aceite.
Presentación:
Ponemos en cada plato una cama de la salsa de puerro y tabasco que esté aún caliente y sobre ella los langostinos rebozados.
Listo.
CRUSTACEOS, GLUTEN, SULFITOS, HUEVOS
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