En
muchas ocasiones los momentos, la oportunidad y las necesidades nos hacen improvisar
en la preparación de las comidas que día a día realizamos.
Esta
receta es una buena prueba de lo que digo. No tenía previsto prepararla pero
nos habían sobrado unas almejas de otra comida y a última hora decidimos
realizar un aperitivo rápido. Pensé en una elaboración rápida y un poco
distinta de las que ya conocía.
Y
este es el resultado. Más rápida no ha podido ser su elaboración, la verdad es
que las almejas siempre dan facilidades, casi tanto como lo que han durado en
el plato cuando las hemos puesto en la mesa.
Espero
que os guste.
Ingredientes (para 4 personas):
500 gr. de almejas, 4 dientes de ajos, 2
guindillas, un ramillete de perejil y aceite de oliva.
Preparación:
Lavamos
bien las almejas en agua y sal agitándolas bien para que suelten la arena si la
llevasen. Apartamos las rotas.
Pelamos
los ajos y los cortamos en láminas mas bien gruesas.
Picamos
el perejil.
Elaboración:
En primer lugar abrimos las almejas poniéndolas al fuego en una cacerola.
En 3 o 4 minutos las tendremos abiertas. Apartamos del fuego y las escurrimos.
Cuando se hayan enfriado un poco le quitamos la parte de la cascara sin
carne.
En una cazuela de barro ponemos las almejas preparadas, los dientes de ajo
laminados, el perejil picado y las dos guindillas. Cubrimos con aceite y
ponemos en el fuego. Dejamos que el aceite hierva durante 3 o 4 minutos.
Presentación:
Podemos
apartar del fuego y poner la cazuela sobre la mesa en un salvamanteles, o bien,
distribuir las almejas y el caldo resultante en platos individuales.
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