Este
domingo quiero mostraros una receta que no tiene nada de particular, una receta
que probablemente muchos de vosotros haya preparado en algún momento y que no
os diga ninguna cosa especial.
Pero en mi casa es un plato que
preparamos de forma habitual un día a la semana, cuando todos estamos ocupados,
con los estudios, el trabajo (toco madera) y las cosas normales del día a día,
sin nada que celebrar y con otras prioridades en la cabeza. Pero es eso lo que
hace esta receta importante para mí.
En primer lugar su sencillez en
la elaboración, en segundo que a todos los miembros de mi familia les encanta,
disfrutamos en un día normal de un plato sabroso, muy agradable, y muy
nutritivo, ese día no nos desmayamos, y en tercer lugar porque es una receta
que podemos preparar en cualquier momento; muchas veces la preparamos la noche
anterior porque al otro día tenemos previsto hacer algún viaje y no nos va a
dar tiempo a cocinar. Cuando llegamos a casa a la hora de la comida, solo hace
falta calentar el guiso unos minutos y podemos seguir nuestra marcha.
Espero que os pueda ser útil en este aspecto y que disfrutéis de un buen
plato en una jornada normal.
-Ingredientes (para 4 personas):
-Preparación:
En primer lugar, lavamos la carne de
ternera troceada, la sazonamos, la colocamos en un bol y añadimos el medio vaso
de coñac. Damos unas vueltas para que la carne se empape bien y reservamos
mientras vamos preparando todo lo demás.
Se
pica la cebolla y el diente de ajo y sazonamos.
-Elaboración:
En la olla donde vamos a guisar la ternera
((yo lo hago en la olla a presión) echamos un poquito de aceite de oliva y una
pizca de sal. Incorporamos la cebolla y el diente de ajo que hemos picado y
sofreímos hasta que cojan color, con cuidado de que no se quemen.
En ese momento incorporamos el
jamón a taquitos (normalmente ya viene preparado así de la carnicería) y el
puñado de piñones. Damos unas vueltas para mezclar bien con la cebolla.
Inmediatamente echamos la carne de ternera que teníamos macerando con el
coñac, incorporando también el líquido y damos unas vueltas para que la carne
vaya cogiendo un poco de color. A continuación espolvoreamos las dos cucharadas
de harina por toda la carne y removemos bien para que se coja por la carne.
Echamos el vaso de vino de jerez y dejamos
cocer un momento para que se absorba bien el vino por la carne.
A continuación echamos el caldo de pollo, cubriendo la carne (si es
necesario se añade un poquito de agua) y se tapa la olla a presión.
En todo este proceso no habremos
empleado más de 10 minutos.
Se deja cocer alrededor de 45
minutos a un fuego vivo pero no demasiado fuerte.
Pasado este tiempo abrimos la olla
y si vemos que ha quedado demasiado caldoso podemos seguir cociendo, ya con la
olla destapada, el tiempo que creamos necesario para conseguir el espesor en el
caldo deseado.
-Presentación:
Normalmente acompañamos esta carne
simplemente con unas patatas fritas (aunque tampoco le va nada mal un trozo de
tortilla de patatas).
He probado esta misma receta con
carrillera (exquisita), pero ya he dicho que es un plato de todos los días y el
sabor de la carne que empleo no tiene nada que envidiar a esta.
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